Andamos perras, andamos diablas es una novela fragmentada, o colección de cuentos, que consiste en la reedición del libro La guerra no importa (1983), un reconocimiento de la voz de la autora en sus inicios. Una voz que intuye el quiebre de la realidad por el vicio de la violencia, y no de la violencia evidente, sino intrínseca en las relaciones con los otros, con la familia y con la ciudad. En los capítulos, o cuentos, los personajes son difíciles de asir, comparten algunos rasgos, a veces el nombre, a veces algún detalle del lugar, como delatando una identidad que se transforma o se disloca por las contradicciones que van viviendo los personajes.