Me da vida saber que todavía no terminé Mi lucha. Son seis libros, leí los cuatro primeros en un lapso de diez años. El primero, La muerte del padre, en el aeropuerto de Ezeiza, mientras esperaba un vuelo al que no pude subir. Evangelicé a toda mi familia con Karl Ove: mi papá, mi mamá, mis hermanos lo leyeron y se convirtió en un tema recurrente en nuestras charlas, como alguien a quien todos conocemos, como alguien muy cercano. Lo que hizo con su infancia en este libro es una maravilla. Obra inmortal del que, a mi me parece, es el escritor más grande de estos tiempos.