Londres, 1922. La sociedad está en pleno proceso de cambio y las consecuencias de la Primera Guerra Mundial siguen muy presentes. A Frances Wray la contienda le arrebató a sus dos hermanos, y ahora vive con su madre viuda en una mansión de una zona residencial a las afueras de Londres. Madre e hija, de clase alta, pasan apuros económicos, y, para aliviarlos, deciden alquilar parte de su residencia a unos huéspedes de pago.