Al contrario, esta fe se ha extendido por todas partes. Incluso aquellos que dicen seguir credos más tradicionales se apoyan en la fe en el futuro para no perder la entereza. La historia puede ser una sucesión de absurdos, tragedias y crímenes, pero –todos insisten en decir– el futuro todavía puede ser mejor que cualquier pasado. Renunciar a esta esperanza llevaría a una desesperación como la que hizo que Kayerts perdiera la cabeza.