Es la última de las tres historias protagonizadas por el detective Auguste Dupin. La trama como tal consiste en que se ha perdido una carta que puede perjudicar a su dueño, a quien iba dirigida, si cae en malas manos, entonces el prefecto de la policía parisiense al ver que no puede resolver el misterio decide pedir ayuda a Dupin ya que se sabe quién la tiene pero no dónde la ha escondido el audaz ladrón.