Los primeros científicos que experimentaron con la física atómica tuvieron la “suerte” de vivir unos tiempos interesantes. En plena Segunda Guerra Mundial, la ciencia alemana se convirtió en un asunto político: Heisenberg, Planck, Einstein y Debye, entre muchos otros, tuvieron que definirse. Como científicos y como personas. Y, para algunos de ellos, la definición no fue la misma.