Alicia García Bergua parte de la observación del entorno y dota de profundidad los placeres sencillos. Las relaciones que teje con el perro que pasea, los árboles, las bancas del parque, las lagartjas o sus viajes poseen la riqueza y complejidad de una obra que ve siempre más allá de lo aparente. Su curiosidad científica le despierta preguntas sobre el sentido de su estar en el mundo. Las palabras, más que herramientas para comprender la vida, conforman la vida misma.