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Pedro J. Acuña

La compañía de las liendres

  • F.has quoted4 years ago
    Los dos sabemos que Gómez no está en su casa.

    Gómez había huido de esto. Elba también. De ellos sólo me quedaba una foto. Tal vez también era lo único que qu
  • F.has quoted4 years ago
    fecho, con las manos unidas por la espalda. En la parte trasera, también borrosa, Elba, con su cabello esponjado de siempre y sin cepillar, miraba a Gómez con tranquilidad. Al lado de ella había un espejo que reflejaba una sombra, alta y delgada; esa sombra tomó la fotografía. El flash le ocultaba la cabeza.

    No había nadie en el cuarto oscuro. El editor me dijo que Elba había renunciado en cuanto terminó de revelar el rollo de
  • F.has quoted4 years ago
    Me asignaron otro fotógrafo. Apenas si intercambiábamos monosílabos en los trayectos. La camioneta de prensa me hacía sentir incómodo y triste.
  • F.has quoted4 years ago
    Eso es la muerte: un lago de cuerpos amarillos.
  • F.has quoted4 years ago
    e cuentas esto?

    —Con Gómez a veces platicaba de cosas así. Tal vez me siento como Kurchavvy: condenada a orbitar. Tal vez todos somos una perrita que morirá quemada en una cabina de uno por uno. Lo único que nos queda es una semana de cariño antes de lo inevitable.
  • F.has quoted4 years ago
    no bajo la lluvia no es para estómagos ligeros. El asesino fue puntilloso. Mientras Elba disparaba, traté de seguir la descripción del perito.

    “Individuo masculino, trein
  • F.has quoted4 years ago
    esde las diez de la noche.

    —¿Ya lo sentiste? —preguntó.

    —¿Qué?

    —No sé. Tengo una sensación extraña cuando veo las fotos. Me da miedo ese cabrón.
  • F.has quoted4 years ago
    a recortes de otros periódicos, teorías de quién era el Ciudadano Universal, un mapa con cinco equis rojas (los últimos asesinatos), entrevistas mecanografiadas, una lista de contactos y las fotografías. Un paquete completo y exp
  • F.has quoted4 years ago
    as los ojos e imaginabas que era un rastro, hasta te podría dar hambre.

    El cuerpo: el intestino salía del tórax y coronaba la cabeza cual turbante. Le había forzado los ojos para que vieran ha
  • F.has quoted4 years ago
    mano. Lo colocó en el borde de sus labios y sonrió mientras sacaba el humo por la nariz.
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