¿Cómo transcurren esas emocionantes horas de espera antes de que suene el despertador en el día de su 6 cumpleaños? La imaginación de Lukas se dispara elucubrando cuál será su regalo, y no puede soñar felicidad mayor que cuando advierte que la tapa de la vieja caja de cartón se empieza a levantar sola. Ahora eres la madre de un gato le suelta socarronamente El Torbellino, su fastidioso hermano mayor. Pero a nuestro protagonista le dan igual sus chascarrillos. Se siente importante: sabe que tendrá que darle de comer, encontrarle una caja de arena, nombrarlo… Por ello, todo se detiene la mañana en que Noche, su precioso gato negro, desaparece. Lukas lo busca con ahínco: cuelga carteles por todo el barrio, ofrece recompensas, se escapa con su hucha de casa para recorrer la ciudad… involucra a toda su familia en el rastreo de cada recoveco pero desgraciadamente, nada surte efecto y el peso de la ausencia cada día se hace mayor. Será su padre el que le explique la fabulosa historia de los gatos desaparecidos, esos seres que jamás podremos domesticar del todo. Solo algunos saben que parten hacia el misterioso País de la Lluvia, en el que crecen los paraguas y pueden vagar libres a su antojo. Entonces, el pequeño comprenderá que aunque no esté junto él en casa, su querido gato lo acompañará siempre. Un cuento tan hermoso como triste por momentos, ya que le habla al niño de cómo superar la frustración de la pérdida, de la utilidad de la imaginación para remontar esos momentos de decaimiento, de lo gratificante que es cuidar y sentirse responsable de alguien… Pero no solo el joven aprende, porque Lukas y su familia se convierten en ejemplo para muchos de lo que significa la lucha empecinada por lo que más quieres, la paciencia cuando parece que la última gota ha rebosado el vaso… En definitiva, un libro que no debería faltar en las bibliotecas de nuestros chicos.