Un disfraz equivocado

hablo de la Naturaleza no es porque sepa lo que es,
sino porque la amo, y la amo por eso,
porque quien ama nunca sabe lo que ama
ni sabe por qué ama, ni qué es amar.
Amar es la eterna inocencia,
y la única inocencia es no pensar.

y, a través de todo esto, como cosa que inunda y nunca desborda,
el movimiento, el movimiento,
rápida cosa colorida y humana que pasa y permanece

Navegar es necesario»: «Vivir no es necesario; lo que es necesario es crear»

La vida allí debe de ser feliz, solo porque no es la mía.
Si alguien me vio desde la ventana de la casucha soñará: ese sí
que es feliz

da pena saber que hay vida que vivir mañana.

estoy enrollando en una gran caridad por mí mismo.

¡Pobrecito Álvaro de Campos!
¡Tan aislado en la vida! ¡Tan deprimido en sus sensaciones!
¡Pobrecito de él, hundido en la poltrona de su melancolía!

El poeta es un fingidor.

Finge tan completamente

que llega a fingir que es dolor

el dolor que de veras siente.

Las cartas de amor, si hay amor,

tienen que ser

ridículas.

Todas las cartas de amor son

ridículas.

No serían cartas de amor si no fueran

ridículas.