Clarice Lispector

La pasión según G. H

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  • Valeria Valderramahas quoted2 years ago
    La alegría de perderse es una alegría de sabbat. Perderse es un peligroso hallarse.
  • Soliloquios Literarioshas quoted4 years ago
    ¿Me sucedió algo que quizá, por el hecho de no saber cómo vivir, viví como si fuese otra cosa?
  • César Alejandrohas quoted2 days ago
    En aquel momento aún no había entendido que el primer esbozo de lo que sería una plegaria estaba ya naciendo del infierno feliz donde yo había entrado, y de donde no quería ya salir.

    De aquel país de ratas, tarántulas y cucarachas, amor mío, donde el gozo fluye en gruesas gotas de sangre.

    Solo la misericordia de Dios podría sacarme de la terrible alegría indiferente en que me bañaba yo, toda entera.

    Pues yo exultaba. Conocía la violencia de la oscuridad alegre; yo era feliz como el demonio, el infierno es mi máximo.
  • César Alejandrohas quoted2 days ago
    Y porque mi alma es tan ilimitada que ya no es yo
  • César Alejandrohas quoted2 days ago
    La grandeza infernal de la vida: pues ni mi cuerpo me delimita; la misericordia hace que mi cuerpo no me delimite. En el infierno, el cuerpo no me delimita, ¿y a eso llamo alma? Vivir la vida que no es ya la de mi cuerpo, ¿a esto llamo alma impersonal?
  • César Alejandrohas quoted2 days ago
    ¡Y no hay castigo! He ahí el infierno: no hay castigo.
  • César Alejandrohas quoted2 days ago
    pero yo estaba condenada a no morir jamás, pues si muriese, aunque fuese una sola vez, yo moriría. Y no quería morir, sino permanecer perpetuamente muriendo como gozo de dolor supremo.
  • César Alejandrohas quoted2 days ago
    No haber tenido hijos me dejaba espasmódica como ante un vicio negado
  • César Alejandrohas quoted2 days ago
    Por vez primera sentía yo con voracidad infernal el deseo de los hijos que nunca había tenido: quería que mi orgánica infernalidad llena de placer se hubiese reproducido, no en tres o cuatro hijos, sino en veinte mil.
  • César Alejandrohas quoted2 days ago
    Veía que el infierno era eso: la aceptación cruel del dolor, la solemne falta de piedad por el propio destino, amar más el ritual de vida que a uno mismo; ese era el infierno, donde quien comía el rostro vivo del otro se revolcaba en la alegría del dolor.
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