La preocupación por el rumbo del país es expansiva. Cada vez más personas se dan cuenta que el gobierno mexicano desea reconstruir un régimen autoritario sin que, por otra parte, se vean siquiera algunos signos alentadores en materia de revertir la pobreza, y no se diga nuestra ancestral desigualdad social.
El presente libro intenta ilustrar la regresión política que estamos viviendo. No es por desgracia una especulación. Los signos que emergen de la presidencia son inequívocos. Si a lo largo de varias décadas México fue edificando una germinal democracia, ahora parece que mucho de lo construido se pretende destruir. No es sólo que no se comprenda o valore la diversidad política que modela al país, sino que se quiere alinear a una comunidad masiva, heterogénea, plural, bajo la voz de mando de una persona.