Bueno, yo siempre voy arreglada y femenina, hasta en las zonas de guerra y en los campos de refugiados de América Central. Aunque estés en una situación trágica o una crisis, no veo motivos para empeorar la situación yendo sin arreglar. Ésa es mi filosofía. Por eso siempre he ido a la selva maquillada y con alguna joya. Nada extravagante tampoco. Una pulsera de oro bonita, unos pendientes, los labios pintados y un buen perfume. Para dejar claro que me respeto a mí misma, nada más.