Finales de verano de 1972. Del puerto de Lisboa zarpa el Renaissance, la joya de la corona de los cruceros Paquet, una de las embarcaciones francesas más exclusivas de entre las que cruzan el Mediterráneo. A bordo del barco se encuentra Arturo Benedetti Michelangeli, uno de los más grandes pianistas de la época, quien ofrecerá durante el viaje un concierto ante un selecto grupo de pasajeros. Resulta increíble que esta leyenda viva del piano, que destaca por su compostura aristocrática, su increíble refinamiento interpretativo y su obsesivo perfeccionismo, esté dispuesta a tocar en un crucero. En efecto, nada más empezar la travesía, estalla una disputa entre los organizadores del concierto y el músico, insatisfecho con el instrumento y con las condiciones de la sala.
Desde la distancia, testigos de estas tensiones serán dos admiradores del pianista, que han coincidido en el barco para asistir al que podría ser el primer y único concierto de cámara ofrecido por el gran músico. El periplo del Renaissance les llevará, a través del estrecho de Gibraltar, por las costas españolas y francesas, para recalar después en Sicilia, la isla griega de Cefalonia y la costa adriática, hasta su destino final en Venecia. En el transcurso de los días, los ensayos del Cuarteto K493 de Mozart se alternarán con los desplantes y las recriminaciones de un Benedetti Michelangeli inmerso en su compulsiva búsqueda de un ideal de perfección pianística. Mientras el desenlace de los acontecimientos permanece incierto y nadie se atreve a predecir si al final el concierto tendrá lugar o no, el viaje irá desvelando paulatinamente los misteriosos designios que han reunido allí a todos los protagonistas.