El nervio de la compasión
El nervio vago –el décimo de los doce pares de nervios craneales– es un nervio fascinante. Entre sus muchas funciones está la de producir esas ondas calurosas que se expanden por nuestro pecho cuando nos emocionamos o algo nos conmueve. Las mismas ondas que provocan esa tibieza interna que sentimos cuando nos abrazan. Por eso se le llama el nervio de la compasión. Este curioso apodo se lo debe al neurólogo Stephen W. Porges, que lo denominó así al descubrir la facultad «amorosa» de gran parte de su actividad.
En investigaciones recientes varios científicos han tirado del hilo y apuntan a que el sobrenombre es más ajustado de lo que sospechaban. Estos científicos sugieren que la activación del nervio vago está directamente relacionada con sentimientos de cuidado, protección y ética, conclusión a la que llegaron después de observar que individuos que presentaban un alto grado de activación de este nervio en estado de reposo tendían a experimentar y expresar sentimientos elevados de compasión, altruismo y gratitud.