Aprender a ser amable no esconde secretos mágicos ni complicados. Solo exige prestar una mayor atención a las cosas que se hacen y a cómo se hacen. Este libro enseña a detectar los malos hábitos en el trato con los demás, a vencer la avaricia, la ira, el juicio negativo o la impaciencia. Todo ello exige un mínimo esfuerzo diario, practicando la caridad cristiana mediante pequeños detalles: aprender a hablar y a corregir con amabilidad, dar buen ejemplo, fomentar el buen humor, etc.