Claire no quería dar a su pequeña hermana en adopción, pero sabía que aunque ella le diera todo su amor, no tenía medios económicos para hacerse cargo de un bebé. Estaba desesperada, tratando de tomar la mejor decisión para Melanie, cuando conoció al atractivo magnate griego Andreas Markopoulou.
Casarse con él era la solución a todos sus problemas, pensó Claire, sin imaginar que muy pronto iba a enamorarse perdidamente de un hombre que solo se había casado con ella para tener un heredero.