Este libro responde a la pregunta de cómo educar a los niños sin adoctrinarlos, sin inducirles un sentimiento de incorrección o culpa y sin coaccionarlos para que actúen de una manera socialmente aceptable.
Está especialmente dirigido a las personas que consideran importante educar desde una visión espiritual del ser humano, sin adscribirse a un determinado cuerpo de creencias y prácticas religiosas; atendiendo solo a la naturaleza esencial de la persona, una naturaleza que ha de ser reconocida desde el principio, para poder promover y facilitar su desarrollo.