Tal como se dice que “eres lo que comes”, eres lo que experimentas como persona. Tú “ingieres” la experiencia, así como lo haces con los alimentos, la tomas y esta se convierte en parte tuya. Para digerir la experiencia, ya sea en las relaciones importantes o en los negocios, tienes que hacer lo mismo que tu cuerpo hace con los alimentos: mantener lo que es útil y eliminar lo que no lo es.