"Cada individuo debe tener derecho a la propiedad
y a ser libre de usarla, intercambiarla, o regalarla
mientras sus acciones no violen los derechos
idénticos de otros.
Esta idea es una parte fundamental del aparato
ideológico del liberalismo y que desde el siglo
XVII nos presentó el filósofo británico John
Locke en Sobre la propiedad un fragmento de su
Segundo tratado sobre el gobierno civil.
“Aquél que, mediante su propio esfuerzo, se apropia
de una parcela de tierra, no sólo no disminuye la
propiedad común de la humanidad, sino que la
acrecienta; pues los frutos en beneficio de la vida
humana que son producidos por un acre da tierra
cultivada, resultan ser –sin exageración- diez
veces más que los producidos por un acre de
tierra igualmente fértil que no es aprovechado y
continúa siendo terreno comunal.”
Locke, en éste tratado, hace un primer acercamiento
hacia justificar y demostrar la importancia de los
derechos de propiedad sentando las bases sobre
las que se comenzó a construir el progreso
económico"