Crea tu segundo cerebro: Un método probado para organizar tu vida digital (Spanish Edition)

Imágenes: fotos u otros recursos gráficos que te resulten inspiradoras o interesantes.

Aprendizajes: lecciones de cursos, conferencias o presentaciones a los que hayas asistido

No se trata de artefactos aleatorios sin valor, sino de «recursos de conocimiento» que cristalizan lo que sabes

conocimiento externo puede adoptar la forma de:

Subrayados: pasajes interesantes de libros o artículos que hayas leído.

Citas: fragmentos memorables de pódcast o audiolibros que escuches.

Marcadores y favoritos: enlaces a contenido interesante que encuentres en Internet o a publicaciones en redes sociales.

Notas de voz: clips grabados en tu dispositivo móvil para uso personal.

Notas de reunión: lo que apuntas sobre lo tratado en reuniones o llamadas.

: la creatividad depende de seguir un proceso creativo

El reto es saber cómo aplicar esta filosofía a nuestro trabajo cotidiano. ¿Qué tipo de información merece la pena conservar cuando no sabemos exactamente qué uso vamos a darle? El mundo cambia a una velocidad de vértigo, y la mayoría no nos centramos en un único ámbito creativo. ¿Cómo decidir qué guardar cuando no tenemos ni idea de lo que nos deparará el futuro?

La innovación y el impacto no se producen por accidente o casualidad

Tu mente sirve para tener ideas, no para almacenarlas.

Aquellas personas que aprenden a hacer uso de la tecnología y dominar el flujo de información que discurre por su vida se empoderarán para conseguir cualquier cosa que se propongan.

al hacer una tormenta de ideas contamos solo con las ideas que se nos ocurren en el momento. ¿Qué probabilidad hay de que la idea más creativa e innovadora nos venga a la cabeza a la primera? ¿Y de que la mejor manera de llevarla a cabo sea también una de las primeras en surgir?

A esta tendencia se la suele llamar sesgo de actualidad

capaz de deshacerte de los límites del momento
presente y recurrir a semanas, meses o incluso años de imaginación acumulada.

A este método lo llamo «a fuego lento