Este libro analiza uno de los temas fascinantes de la historiografía de los últimos años, el de la dominación y confrontación imperial en el Caribe. Examina, desde diversas aristas y escenarios territoriales, la incidencia que tuvieron los “vientos del liberalismo”, que soplaron desde finales del siglo XVIII y principios del XIX, en los numerosos procesos de transformación económica, social, política y cultural que se experimentaron en diferentes territorios del Caribe. Así mismo, discute los procesos y circunstancias en que estos “vientos” fueron percibidos y adaptados a las realidades específicas de los territorios caribeños. La idea y el esfuerzo que guían muchos de los capítulos en esta publicación es desviar la atención de las interpretaciones que ven en el reformismo institucionalizado el motor principal de las revoluciones y transformaciones americanas y caribeñas. Se trata de colocar la mirada en el entramado de relaciones sociales, económicas y políticas que intensificaron los cambios que se daban en los territorios, por debajo y en paralelo a las luchas imperiales y a sus apuestas para acentuar su control sobre los territorios. En diversas ocasiones estos entramados de relaciones promovieron transformaciones anteriores a las de los imperios, aunque estos, en algunos casos, las instrumentalizaran a partir de sus intereses.