Según los autores, hay algo peor que olvidar una gran idea: no poder olvidar las malas ideas que la bloquean. En otras palabras, un olvido creativo. ¿Cómo llevar esto a la práctica? Si estamos bloqueados, hay que parar a tomar aire o, mejor, un helado. Salir a pasear, charlar, dejar que lo nuevo entre desplazando a lo viejo.