Zona cero. Breve memoria de los sismos 2017-1985

Estas organizaciones demostraron que todo camino es una desviación, y que todo origen puede ser borrado con la tinta indeleble de la trampa vendida como lucha social

El movimiento civil del año de 1985 se integró o, si se quiere, se diluyó con el tiempo y al contacto con una red de organizaciones sociales dedicada al coyotaje y al tráfico de la mentira. Incapaces de construir acuerdos con la fina materia de la solidaridad, la dirigencia priista de la ciudad se convirtió en un surtidor de gestorías y control político a través de la Federación de Organizaciones Populares. Incapaces de entender el tejido legítimo de las demandas sociales, el priismo colaboró a la creación de un movimiento urbano vivísimo, pero rudimentario y radical. La Coordinadora Unica de Damnificados (cud) congregó cuarenta organizaciones surgidas después de los terremotos cuyos vínculos se encontraban en el entramado de alguna corriente de la izquierda mexicana de ese tiempo. La Asamblea de Barrios, que surgió el 4 de abril de 1987 con cerca de 50 mil integrantes, se nutrió en su mayor parte de ex priistas

Ese momento histórico se ha convertido en una fundación mítica de la autogestión política.