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Elena Garro

Novelas escogidas (1982–1998)

  • Yar Cruzhas quoted4 years ago
    el mundo había dejado de girar y yo había quedado en el lado oscuro. Nunca más vería el sol. Desde entonces me levanto a mirar la noche, las ventanas de los edificios parecen las cuencas de muchas calaveras, me recuerdan que soy mortal y que lo que me sucede es pasajero…
  • YoshiK Bhas quoted2 years ago
    “Ni siquiera tengo dinero para suicidarme…”, se dijo, sintiendo que estaba en una orilla y que del otro lado la locura le hacía gestos. Se quedó quieta, no encendió la luz; las tinieblas la cobijaban, sentía vergüenza de ser mirada y de mirarse a sí misma. El tiempo no pasaba.
  • la Monse que leehas quoted3 years ago
    ¡Dolor de viuda mucho duele y poco dura!
  • Isabelhas quotedlast month
    le era necesario buscar las huellas de la casa junto al río
  • Yolitahas quotedlast month
    cada paso, cada vuelta del camino, cada minuto de su vida, la había llevado a ese momento en el que corría a la orilla del Lago Mayor
  • Yolitahas quotedlast month
    El mañana no existía ya, todo era el pasado.
  • Pedro Hernándezhas quotedlast year
    Ahora, en cuanto entraba en un café reconocía a los culpables. También los reconocía en las aceras, en los trenes, en los hoteles. Eran como ella, rodeados de soledad, estigmatizados por el error. Había faltas y había errores.
  • Pedro Hernándezhas quotedlast year
    Siempre era igual: Frank sólo existía poseyendo. Era curioso oírlo hablar de su infancia, aunque Verónica era incapaz de imaginarlo de niño. Se diría que una de las cualidades de los salvajes era haber sido siempre adultos, Frank carecía de la facultad infantil de proyectarse en los objetos y, como los salvajes, sólo conocía su posesión.
  • Pablohas quoted2 years ago
    Había algo fantasmal en aquella reunión, algo artificial, como si cada uno de los huéspedes jugara un papel ya representado muchos años antes por los verdaderos protagonistas de alguna comedia que Verónica ignoraba, pero que al mismo tiempo conocía a través de la literatura, del cine y de los periódicos de la década de los años veinte. “Son todos unos impostores”, se dijo, al tiempo que los observaba; sin embargo, cada uno de ellos parecía sumergido en una tragedia personal que los unía para pulverizarlos, ya que era la misma tragedia para todos.
  • Pablohas quoted2 years ago
    Mientras duraba el día, Frank era un ser exasperado de fatiga, en cambio, en la oscuridad o de noche se cargaba de una energía casi sobrenatural que lo empujaba a vivir una vida artificial de cuyos artificios se nutría.
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