Se vieron como unos miserables. No habían violado la ley al visitar a los miembros del Gran Jurado, esto al menos parecía cierto. Pero la habían esquivado y habían puesto a otros en peligro de hacerlo. Habían elegido la eficacia por encima del principio y su acción había sido descubierta. Habían atentado contra la ética, se habían escabullido, evadido, habían sugerido e intimidado, aun cuando no hubieran mentido directamente