El aprendizaje escolar es un terreno de debates y controversias. La dislexia volvió a escena hace tiempo, iluminada por los focos de una neurociencia que enceguece; solo así puede entenderse que se pregone que la padecen entre el 10 y el 20 % de los alumnos. Se presenta como modernas a perspectivas que, en rigor, son una vuelta atrás a prácticas de enseñanza superadas por mecánicas y carentes de sentido. Preocupa que se reduzcan las dificultades en la lectura y escritura a sus concomitantes biológicos y que estos sean convertidos en causas, desconociendo investigaciones científicas sobre los procesos implicados en ellas.
Estamos ante los problemas que involucran el acceso a la cultura escrita de chicos de hoy, que llegan a la escuela con saberes y experiencias muy diversas y múltiples vivencias en entornos videotecnológicos. Se trata de acompañarlos en estos procesos evitando rótulos, menosprecios y estigmatizaciones. Este libro es un aporte en esa dirección.