Según Schelling, no puede hablarse nunca de la existencia efectiva (Existenz) o del ser mismo en una filosofía del concepto, porque el concepto sólo tiene que ver con sus propias ficciones, sus pensamientos desprovistos de eficacia:
Y puesto que la existencia es siempre lo positivo, o sea, lo que es puesto, asegurado y afirmado, ella debería reconocerse como filosofía puramente negativa, pero precisamente con ello debería dejar libre fuera de sí el espacio para la filosofía que se refiere a la existencia, es decir, para la filosofía positiva, y no querer pasar por la filosofía absoluta, por la filosofía que no deja nada fuera de sí.