La alfarería en el México antiguo, sólo cubre escasos 400–4500 años; a diferencia de la presencia humana en nuestro territorio. Sin embargo, desde el mismo momento de su utilización, la cerámica es una de las herramientas primordiales con que cuenta el investigador para ubicar con cierta precisión temporal al grupo humano que fabricó y/o utilizó este elemento en su vida cotidiana, de ahí la importancia del estudio de la Producción alfarera en México.