Al cierre del primer semestre de 2015 se realizó en México un proceso electoral histórico debido a que, por primera vez, participaron candidatos independientes, pero sobre todo porque varios de ellos resultaron electos. A la par, ganaron fuerza partidos de reciente formación, como Movimiento Ciudadano y Morena, arrebatando posiciones importantes a los partidos hegemónicos, en lo que se interpreta como un mensaje de hartazgo ciudadano hacia la democracia autoritaria que rige en el país y los vicios que esta conlleva: corrupción, impunidad, violencia social, excesos de las fuerzas de seguridad, desaparición de personas y opacidad.
El periodo también estuvo marcado por los ataques a la prensa y a la libertad de expresión, así como al trabajo de los periodistas, líderes sociales y de los defensores de los derechos humanos, destacando en el panorama nacional el despido de la periodista Carmen Aristegui y en el internacional el atentado a Charlie Hebdo. Dos hechos que generaron gran controversia y movilizaciones.
Pese a los resultados electorales, la inconformidad social y la difícil situación económica que enfrentan las finanzas públicas y familiares en México, no se prevé un cambio en la situación política en el corto plazo, pero sí un reacomodo de fuerzas en el país, que comenzará en el segundo semestre del año y que puede marcar el derrotero para las elecciones presidenciales de 2018.