—Me diste un hogar. Un propósito. Me trataste como a un hermano… —Echó un vistazo a su padre—. Como familia. Sé que no querías nada más que matar a tu padre y que te lo quitaron. Sé que no es lo mismo, pero… ¿quieres ayudarme a matar a mi padre?
Uní los brazos con Fabiano, apretando su antebrazo con fuerza.
—No somos sangre pero somos hermanos, Fabiano. Caminaré a través del fuego por ti. —Miré fijamente al hijo de puta que había querido a su propio hijo muerto y luego de vuelta a Fabiano—. Y no