Me gusta hacerme con los cuerpos a pares, me lo puedo permitir. Puede que algunos lo consideren una aberración, pero que primero alcancen mi estatus social, o por lo menos financiero, que se implanten en veinte cuerpos a la vez, que aprendan a manejarlos con armonía, y que luego opinen. Sí, me gusta la cópula de mis propios cuerpos. Es mucho mejor y más interesante que la simple masturbación, y mucho más cómodo que el acto sexual con alguien externo. Eres simultáneamente hombre y mujer, y puedes ir desplazando ligeramente el foco, ora hacia el cuerpo femenino, ora hacia el masculino. Sabes con toda exactitud qué te apetece, no tienes que complacer a nadie. Además, los cuerpos —si ya antes eran pareja— son perfectamente compatibles desde el punto de vista fisiológico y, hablando figuradamente, se acuerdan el uno del otro.