El éxito genuino, desde el punto de vista de Dios, esta arraigado en la categoría en que Dios nos ha puesto, en las metas que Dios quiere para nuestras vidas. Mientras que el mundo tiende a definir el éxito en términos de fama y fortuna, el Dr. Stanley cree que Dios resume los éxitos en términos de relación, carácter y obediencia.