un susto muy fuerte y eso me hizo pensar en cómo a veces nos dejamos ir, malviajándonos o intenseando con cosas estúpidas, cuando hay asuntos de vida o muerte que son mucho más trascendentes. Con esto no quiero decir que nuestros problemas de todos los días no sean importantes: claro que lo son. Pero a veces ¿no estaría bien desconectarse de ese mundito de los «populares», «los rechazados», «los freaks», «lo que debo hacer», «lo que los demás piensan de mí», etcétera, y concentrarse en cosas como el amor, el futuro, la familia, etcétera? Sólo es una idea. Tuve que estar offline unos días y no les voy a mentir: estaba tensa por no ver qué pasaba, pero también tuve tiempo de pensar en otras cosas