El lector literario

La imprenta hizo posible que canciones, retahílas, cuentos y cantilenas de todo tipo, que se seguían transmitiendo oralmente y que

Para el mundo infantil, la imprenta también supuso nuevas posibilidades de lectura, ya que amplió la difusión y, por tanto, el acceso a los libr

esperar al siglo XVIII y principios del XIX, con la mecanización de las ediciones

aparición de los primeros grandes autores de libros infantiles (los hermanos Grimm y Andersen, sobre todo)

finales del siglo XIX

el ejercicio lector diario disponían de cartillas, abecedarios, silabarios y catecismos, de los que, siglos más tarde, la imprenta hizo numerosas ediciones; casi todos recibían el nombre genérico de christus

no para una pluralidad de niños, y casi siempre por encargo de nobles o reyes con el fin de apoyar la instrucción

en la Edad Media ya se escribieron algunos libros para niños: El Conde Lucanor de Don Juan Manuel en el siglo XIV o Proverbios de gloriosa doctrina y fructuosa enseñanza del Marqués de Santillana en el siglo X

la relación de los niños con la literatura antes de la invención de la imprenta no fue muy distinta de la relación que tuvieron con ella los adultos

Las culturas antiguas nunca dedicaron espacios propios a los niños