Anton, vestido de vampiro, entra vacilante en el cementerio. Anna, Rüdiger, Lumpi el Fuerte y él han sido invitados a una fiesta de disfraces en casa del guardián del cementerio, quien se ha hecho amigo de Lumpi y se dedica a perseguir a vampiros. Anton está muy preocupado por sus amigos, pero de repente se le ocurre otra idea más terrible: ¿y si el jardinero lo toma por un auténtico vampiro y se abalanza sobre él con una de sus afiladas estacas?