Anteposición sistemática del género gramatical masculino, que acaba traduciéndose en nombrar lo que parece menos importante en último lugar. Todos, todas, todes.
Estatus vicario. Referirse a las mujeres en función de un hombre: la novia de, la mujer de, la viuda de.
Aposición redundante. Cuando se usa mujeres junto a un nombre en femenino, marcando innecesariamente el género gramatical. Las mujeres abogadas.
Singular alegorizante. Cuando se dice la mujer para referirse a todas las mujeres. Como en el rol de la mujer.
Tratamiento asimétrico. Matrimonio en sus definiciones: ‘hombre y mujer’ o ‘personas del mismo sexo’ en dos definiciones distintas. Que a ellas se las llame solo por su nombre y a ellos por nombre y apellidos. Que se usen palabras para sustituir mujer para no excluir a personas trans y no binarias pero no se haga lo mismo para sustituir a hombres.
Duales aparentes, vacíos léxicos y vocablos ocupados, como sucedía con señorito/señorita.
Infantilización, menosprecio, cuando se dice una mujer o tres mujeres sin individualizarnos