La obra de la sor Juana villanciquera — la poeta popular — sin duda es menos conocida que la de la sor Juana cortesana de los sonetos, la filósofa del Primero sueño, o la subversiva ensayista de la Respuesta. Por primera vez publicados aparte del resto de su obra, estos villancicos rebasan la prédica común del sermón y atraen, porque revelan su gusto por las formas populares del lenguaje, que supo utilizar para darles un sabor local que, aunado a su devoción por la virgen María, con tribuyó al perfeccionamiento del género y a forjar la tradición literaria y la identidad musical y cultural de México.