Ante la proliferación de fenómenos psicosociales, como el suicidio, la violencia sexual, los trastornos del comportamiento alimenticio y las crisis de identidad, emerge esta obra, como una respuesta reflexiva que aborda desde una pluralidad de perspectivas el quehacer psicoterapéutico, para favorecer una comprensión amplia de estas situaciones problema y ofrecer, desde la experiencia de sus autores, alternativas de entendimiento y de desarrollo de tratamientos para la atención de quienes las viven.
El objetivo es compartir una comprensión innovadora de la práctica del psicoterapeuta, desde una mirada caracterizada por el diálogo interdisciplinario. Ello a partir de la recuperación de las estrategias implementadas frente a distintas coyunturas, así como a través de la reflexión personal en torno a la formación y el ejercicio profesional del psicoterapeuta, que pueden favorecer la retroalimentación y la generación de formas de intervención más adecuadas a la realidad de algunos dilemas contemporáneos y de los entornos en que estos se desenvuelven. Un libro recomendable para estudiantes, docentes y profesionales en el campo de la psicoterapia y la salud psicosocial.