El retrato de la dolorosa realidad de los migrantes centroamericanos.
Cada año, decenas de miles de hombres y mujeres centroamericanos (guatemaltecos, salvadoreños y hondureños principalmente), abandonan sus países y entran en México, casi siempre con la esperanza de cruzar hasta los Estados Unidos para encontrar un empleo. En su camino por tierras mexicanas enfrentan innumerables vejaciones, y solo unas cuantas organizaciones no gubernamentales los protegen y defienden sus derechos. Entre esas organizaciones, ninguna es más reconocida y loable que la liderada por el sacerdote católico Alejandro Solalinde, coautor de este libro y uno de los defensores de los derechos de los migrantes de mayor prestigio nacional e internacional. Además de los albergues de Solalinde en el sur de México, destaca la iniciativa de ayuda a “las patronas”, que expone la problemática de la diáspora centroamericana en toda su crudeza, pero también muestra cómo siempre hay espacio para la solidaridad y la esperanza.
Más allá de su importancia como retrato y análisis de la lacerante realidad de los migrantes centroamericanos, Los migrantes del sur tiene el inmenso valor de ofrecer el testimonio del padre Solalinde. Asistido por la antropóloga Ana Luz Minera Castillo, Solalinde, que además de sacerdote es licenciado en historia y maestro en psicología, cuenta los inicios, los objetivos y el alcance de su labor humanitaria, tan relevante y reconocida que recientemente distintas organizaciones lo han nominado para el Premio Nobel de la Paz.
«Nadie como Solalinde ha llamado a las cosas por su nombre y ha dicho que lo que ha pasado y sigue pasando en México con los migrantes no es otra cosa que un holocausto.»
Del prólogo de Carmen Aristegui