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Pablo Neruda

Para Nacer He Nacido

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  • Sebastian Guerrahas quoted6 years ago
    ESTA MUJER cabe en mis manos. Es blanca y rubia, y en mis manos la llevaría como a una cesta de magnolias.
    Esta mujer cabe en mis ojos. La envuelven mis miradas, mis miradas que nada ven cuando la envuelven.
    Esta mujer cabe en mis deseos. Desnuda está bajo la anhelante llamarada de mi vida y la quema mi deseo como una brasa.
    Pero, mujer lejana, mis manos, mis ojos y mis deseos te guardan entera su caricia porque sólo tú, mujer lejana, sólo tú cabes en mi corazón.
  • Nicolehas quoted3 years ago
    Y después de todo, una ventana, un cielo de humo, en fin, no tengo nada.
  • Nicolehas quoted3 years ago
    Ayer es un árbol de largas ramazones, y a su sombra estoy tendido, recordando.
  • Nicolehas quoted3 years ago
    Alguna vez hay que dejar de mentir ya que, a fin de cuentas, sólo de nosotros dependemos y siempre estamos remordiéndonos a solas de nuestra falsedad, y viviendo así encerrados en nosotros mismos entre las paredes de nuestra astuta estupidez.
  • Alfred Rodriguezhas quoted5 years ago
    Pero un día, el más inesperado, llegarán mis navegantes invisibles. Llevarán mis anclas arborecidas en las algas del agua profunda, llenarán de viento mis velas fulgurantes...
  • Alfred Rodriguezhas quoted5 years ago
    Tendido en este nuevo camino, con los ávidos ojos florecidos de lejanía, trato en vano de atajar el río del tiempo que tremola sobre mis actitudes. Pero el agua que logro recoger queda aprisionada en los ocultos estanques de mi corazón en que mañana habrán de sumergirse mis viejas manos solitarias...
  • Alfred Rodriguezhas quoted5 years ago
    De pronto contemplo sorprendido largas caravanas de caminantes que, llegados como yo a este sendero, con los ojos dormidos en el recuerdo, se cantan canciones y recuerdan.
  • Alfred Rodriguezhas quoted5 years ago
    Endurezcamos nuestra bondad, amigos. Ya no hay pusilánime de ojos aguados y palabras blandas, ya no hay cretino de soterrada intención y gesto condescendiente que no lleve la bondad, por vosotros otorgada, como una puerta cerrada a toda penetración de nuestro examen. V
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