ABANICO LUIS XV*
Bajo las frondas de ideal Versalles
o en los boscajes de algún Trianón,
entre floridas y angostas calles,
triste y pausada cruza Manón.
Dan a su paso los brodequines
de altos tacones, blando oscilar,
y su amplia falda de albos satines
frufrús y aromas deja al pasar.
Hacia el estanque va taciturna,
donde a los rayos del áureo sol
negros tritones vuelcan su urna
y airados soplan su caracol.
…En vano un lirio del vaso regio
prendió en las blondas de su corsé,
leyó los versos de un florilegio
y al clavicordio tocó el minué.
Nada ha calmado su torva fiebre,
ni el blondo paje, ni el fiero halcón,
ni la diadema donde el orfebre
grabó los lises de su blasón…
…Es que la hiere su enamorado
y Manón llora su infiel desliz…
¡Por eso triste se ha doblegado
y palidece la flor de lis!…
…Al dulce nido que los espera
ya no irán juntos, llenos de amor,
en blasonada y azul litera,
¡de las antorchas al resplandor!
Y ya en la ojiva llena de esmaltes
que orna el escudo noble y condal
no verán cómo los gerifaltes
cazan la blanca garza real…
Y Manón sueña… Ramajes finos
tienen arcadas de pastoral;
¡nunca crearon los gobelinos
en sus tapices pastora igual!
Y en el estanque de tonos glaucos
se irisa el chorro de un caracol…
Y Manón sueña, bajo los saucos,
¡a los postreros rayos del sol!