Difícil sería redactar una mejor definición de este libro y los objetivos que persigue que la proporcionada por los propios autores en su introducción: «En una visita reciente a una de las más grandes librerías no cristianas de Brasil, descubrimos más de tres estanterías dedicadas al tema «didáctica». Ojeando aquellas centenas de libros, nos dimos cuenta que casi todos trataban la enseñanza desde el punto de vista académico, teórico, abstracto y profesional. Había poco o nada de ayuda concreta, simple pero dinámica para profesores en ejercicio como nosotros. Y si no encontramos material didáctico de esa naturaleza en los estantes seculares, ¿qué podemos decir de la enorme necesidad en el medio evangélico? Sin caer en el pragmatismo, nuestro deseo es suplir mediante el presente libro a la Iglesia Evangélica y, (¿por qué no?) a escuelas públicas y privadas de ese material práctico y bíblico. Queremos ofrecer un catálogo de ideas, no como una lista final y exhaustiva, sino como estímulo a la creatividad del lector. Somos soñadores hasta el punto de pensar que nuestra pequeña contribución pueda revolucionar la enseñanza de centenas y, quién sabe, millares de profesores y, por medio de ellos, incontables alumnos. Nuestra visión se extiende del departamento de cuna y del jardín de infancia hasta el seminario bíblico y la universidad; del niño en la escuela dominical hasta el pastor en el púlpito. ¿Nuestro deseo? Una transformación de la enseñanza, de la mediocridad a la excelencia, de lo pasivo a lo activo, de lo aburrido y letárgico a lo energético y genial. Soñamos con profesores que VIVAN lo que enseñan. Que sean facilitadores del aprendizaje y no sólo fuentes de hechos o transmisores de contenido. Que impacten no sólo la mente de sus alumnos, sino también su corazón y su voluntad. Que transformen los oídos de sus alumnos en ojos, para que vean y prueben la verdad. Escribimos este libro no como teóricos en el mundo de la didáctica, sino como profesores.