El arte de la novela, donde en siete (su número fetiche) capítulos, Kundera disecciona las mejores obras europeas, y donde su admiración por Kafka es la clave de casi todo el libro. Hasta tal punto contagia esta devoción que al acabar deseamos continuar el camino con una obra del otro genio checo … Con un lenguaje alejado de los rigores academicistas,(..) Kundera confiesa y mantiene un diálogo con el lector sobre como él entiende, bajo su experiencia “practicante”, la novela, su arquitectura, reflexiones que se entresacan de la obra de Kafka, y como colofón nos regala con un diccionario muy particular de las palabras— clave presentes en su obra, en respuesta a su discrepancia con los traductores. Acaba este ensayo con el discurso de agradecimiento por el premio Jerusalén recibido en 1985…