Noches Blancas

No sabíamos qué decir, reíamos, llorábamos, dijimos miles de palabras sin relación ni sentido

No sabíamos qué decir, reíamos, llorábamos, dijimos miles de palabras sin relación ni sentido; tan pronto íbamos por la acera como nos dábamos la vuelta y empezábamos a cruzar la calle, después nos parábamos y volvíamos a cruzar a la orilla; éramos como niños…

De repente, me pareció que todos me abandonaban, a mí, que soy un solitario, y que todos me daban la espalda.

criatura de género neutro. Habita mayormente en algún rincón inaccesible, como si se ocultara hasta de la luz del día y, cuando se encierra en sí mismo, se adhiere a su rincón como un caracol

Un soñador! Por favor, ¿cómo no voy a saberlo? ¡Yo misma lo soy!

Antes de nada una condición: no me interrumpa o lo mismo me hago un lío. Bueno, escuche en silencio.

enfados? Esta es también una pregunta de jóvenes, querido lector, de muy jóvenes aunque, ¡ojalá el Señor la enviara más a vuestra alma! Habla

sabe qué? Quiero contarle mi historia sin ocultarle nada, y después tendrá que aconsejarme. Es usted muy inteligente, ¿promete aconsejarme?

Y te preguntas: «¿Dónde están tus sueños?». Y meneas la cabeza y te dices: «¡Qué rápido pasan los años!». Y de nuevo te preguntas: «¿Y qué has hecho tú con tus años? ¿Dónde has enterrado tu mejor época? ¿Has o no vivido?

pero si no hay otra vida, toca construirla desde esos pedazos. ¡Pero el alma pide y quiere otra cosa!