El amor, el verdadero amor, el que es una fuente de placer, apoyo, amistad, cariño, fuerza, energía y generosidad, no surge solamente desde el corazón, sino también desde el cerebro. Porque los seres humanos no somos partes disgregadas, sino que conformamos un todo de mente y cuerpo, emociones y pensamientos, memoria e imaginación.