Este libro de historia de México reconstruye un cambio fiscal de primer orden registrado en 1973: el ascenso de las entregas anuales de la hacienda federal a las haciendas estatales, que en números gruesos pasaron de representar una pequeña fracción del presupuesto federal (1%) en 1970 a 30% en 1995. Esto es lo que se denomina ascenso provinciano, un modo de expresar la transformación no sólo del federalismo fiscal, sino de la economía, la sociedad y la política mexicanas del siglo XX. Quedaba atrás el modelo centralizador y se inauguraba otro de redistribución del dinero público. Uno de los resultados de este cambio fue el debilitamiento de la hacienda federal y del extinto Distrito Federal. Sin detenerse en la ideología del grupo gobernante (que si populismo o neoliberalismo), aquí se reconstruyen las principales tendencias de dicho cambio, sus componentes, los problemas que resolvió y los que generó o acentuó. Esta obra distingue entre recaudación y distribución, y atiende la lucha feroz por el escaso dinero público entre las muy diversas entidades federativas y el gobierno nacional.