en la vida, se puede encontrar sentido básicamente y en forma totalmente independiente del sexo, edad, cociente intelectual, grado de cultura, estructura de carácter y ambiente de una persona y se ha podido comprobar que el hombre puede encontrar sentido independientemente de que sea religioso o no y, en caso de que lo sea, también independientemente de la confesión religiosa a la cual pertenezca.