logoterapeuta jamás prescribe un determinado sentido, aunque muy bien puede describir cómo se lleva a cabo un proceso de la percepción del sentido por «el hombre o la mujer de la calle», más específicamente, en virtud de la «autocomprensión ontológica prerreflexiva» de ese hombre o esa mujer, como yo mismo suelo decir. En otras palabras, los logoterapeutas ni predican ni enseñan el sentido, sino que se limitan a aprenderlo de las personas que para sí mismas lo han descubierto y lo han hecho realidad [91].