La angustia, el amor y la muerte. Hesse recupera, a través de los tres relatos (Alma de niño, Klein y Wagner y El último verano de Klingsor) que aparecen en este libro, los grandes asuntos de su universo literario. En el relato que da título al libro el pintor Klingsor sólo tiene cuarenta y dos años, pero siente que no conseguirá mantener encendida por mucho tiempo la llama de su existencia, demasiado llena, demasiado apasionada, vivida con demasiada intensidad para que pueda durar aún. Ésta será su última estación. El placer y el tormento de la pintura, la alegría y la obsesión de la creación, la amistad sincera, un delicado nuevo amor, el encanto de la naturaleza y su alma inquieta le acompañan en sus últimos días.